EN LA EDAD MEDIA, los ingleses no entendían mucho de caries ni de enfermedades de las encías, pero hacían mucho hincapié en tener un aliento fresco. ¿Por qué? Porque, al no saber cómo funcionan los gérmenes, creían que era el propio mal olor el que transmitía la enfermedad.
El aliento fresco de los personajes literarios del inglés medio
Casi todos los cuidados dentales en la Inglaterra medieval tenían que ver con los olores. Esta práctica llegó incluso a los Cuentos de Canterbury, donde los personajes de Chaucer mastican cardamomo y regaliz para mantener limpio su aliento. A veces se recomendaba a las mujeres una mezcla de anís, comino e hinojo.
Los problemas dentales de la Inglaterra medieval
¿Con qué problemas dentales convivían mientras se centraban principalmente en el aliento? Afortunadamente, en la dieta de la Inglaterra medieval no había mucho azúcar que provocara caries. Desgraciadamente, las pequeñas partículas de piedra que se introducían en el pan, procedentes de las piedras de molino que utilizaban para moler la harina, provocaban una fuerte erosión. La mayoría de los adultos pierden entre cuatro y seis dientes a lo largo de su vida.
Tratamiento de los supuestos «gusanos de los dientes»
Las cosas se ponían muy raras si alguna vez te dolían las muelas. Los médicos creían que estaban causados por pequeños gusanos, y los remedios incluían la mirra y el opio. Pero eran caros, así que una opción más barata consistía en quemar una vela muy cerca del diente para que los supuestos gusanos cayeran a un barreño con agua.