PROBABLEMENTE HA OÍDO la expresión «tener los dientes largos». La recesión de las encías es sinónimo de envejecimiento, pero no siempre está relacionada con la edad. Este problema de salud bucodental se produce cuando el tejido gingival se contrae y se separa de la corona del diente, dejando al descubierto lentamente una parte mayor de la raíz. La naturaleza extremadamente gradual de la recesión de las encías es la razón por la que tendemos a asociarla con la edad, pero puede comenzar ya en la infancia por diversas razones.
La genética y el riesgo de recesión de las encías
Un factor de riesgo de recesión de las encías contra el que no podemos hacer nada es la genética. Algunas personas tienen la mala suerte de tener un tejido gingival más frágil o menos hueso maxilar para sostener las encías hasta las coronas de los dientes. La buena noticia es que otros factores que contribuyen a la enfermedad de las encías son más fáciles de controlar, por lo que incluso quienes tienen una predisposición genética pueden minimizarla.
¡El bruxismo también es malo para las encías!
El hábito crónico de rechinar los dientes, o bruxismo, provoca una gran variedad de problemas de salud bucodental, incluido un mayor riesgo de recesión de las encías. El duro roce constante de los dientes ejerce mucha presión sobre las encías y puede dañarlas con el tiempo. El bruxismo puede ser un hábito muy difícil de romper, especialmente el bruxismo del sueño. Si te cuesta rechinar los dientes, habla con tu dentista. Tienes grandes aliados en esta lucha.
Los daños del cepillado excesivo
Uno de los principales factores que contribuyen a la recesión de las encías puede ser cepillarse demasiado o con demasiada fuerza, lo que provoca la erosión del esmalte y el desgaste del tejido gingival. Por eso es tan importante utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves. Otra cosa importante que hay que recordar es que limpiar los dientes no requiere el mismo esfuerzo que fregar la lechada de los azulejos. Si te cepillas con tanta fuerza que las cerdas del cepillo se doblan hacia fuera en cuestión de meses, deberías aflojar el ritmo. Lo mismo ocurre con el hilo dental: es esencial utilizarlo a diario, pero con cuidado. Utiliza una forma de C y ve bajando en lugar de encajar el hilo directamente en las encías.
Las enfermedades de las encías las hacen vulnerables
Cuanto más avanzada está la enfermedad de las encías, más destruye el tejido de soporte de las encías y el hueso que rodea los dientes, por lo que, en última instancia, es la principal causa de la recesión de las encías. La mejor manera de mantener una buena salud de las encías es ser diligente en el mantenimiento de los hábitos de higiene dental. Cepíllate los dientes (suavemente) dos veces al día, usa hilo dental a diario y haz de las visitas regulares al dentista una prioridad. La limpieza profesional que te hace el higienista es esencial porque el cepillado y el hilo dental por sí solos no pueden eliminar la placa que se ha endurecido y se ha convertido en sarro. Tanto la placa como el sarro irritan las encías cuanto más tiempo permanecen en ellas.
¿La recesión de las encías puede afectar a los niños?
Las causas de la recesión de las encías en los adultos también se aplican a los niños, por lo que es importante ayudarles con un cepillado y un uso del hilo dental adecuados (sobre todo evitando el cepillado excesivo) y prestar atención a si tienen el hábito de rechinar los dientes. La recesión gingival infantil también puede producirse como resultado de una lesión en la boca. El mejor tratamiento es la prevención mediante la creación y el mantenimiento de buenos hábitos de salud bucodental.
Cuida tus encías
Si quieres saber más sobre cómo prevenir la recesión de las encías o te preocupa que tus encías estén empezando a retroceder (recuerda que el proceso puede ser extremadamente lento, por lo que puede aparecer sigilosamente), ¡concierta una cita con el dentista! El dentista puede ayudarte a cuidar la salud de tus encías y discutir opciones de tratamiento si son necesarias.