HABÍA ALGO podrido en la Inglaterra de principios de la Edad Moderna: ¡los golosos de todo el mundo! A los ingleses les gustaba tanto la nueva y cara mercancía del azúcar que la realeza y la nobleza eran extremadamente propensas a las caries y al mal aliento. Parece que Shakespeare también pensaba en el mal aliento, ya que lo menciona al menos tres veces en sus obras y sonetos.
Una crisis de salud dental basada en la clase social
Lo más extraño es que tener mala dentadura era un problema tan generalizado entre los ricos en particular que se puso de moda entre las clases bajas ennegrecer artificialmente los dientes con hollín. Era una forma estupenda de parecer lo suficientemente ricos como para permitirse el azúcar.
Salud dental a principios de la Edad Moderna… ¿Soluciones?
¿Cómo intentaban los ingleses mantener sanos sus dientes? Utilizaban hierbas como el clavo para el aliento y palillos y paños para limpiarse los dientes. (Preferiríamos tener nuestros cepillos de dientes modernos).
Cuando estos métodos resultaban insuficientes para prevenir las caries y un diente se volvía tan doloroso que era necesario extraerlo, tenían algunas opciones en función del presupuesto. La opción más cara era un cirujano, pero un “sacamuelas” era más barato y un herrero lo haría por una verdadera ganga.
Es bueno contar con dentistas modernos
¿No es maravilloso vivir en una época en la que disponemos de una higiene dental eficaz y tenemos acceso a doce especialidades distintas de profesionales de la odontología, desde odontopediatras hasta ortodoncistas, endodoncistas y mucho más?